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Fumigación con Fosfina

Especialistas en Fumigación con Fosfina

La importación y exportación de alimentos, ya sean secos, frescos o procesados, están sujetas a estrictas regulaciones para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir la propagación de plagas. Es fundamental que estos productos cumplan con ciertas condiciones para evitar la presencia de plagas y residuos tóxicos que puedan afectar la salud pública y la calidad de los alimentos.

Los lugares donde se almacenan, procesan o empacan alimentos, como los depósitos de almacenamiento, las plantas de empaque y procesamiento de frutas y vegetales, los molinos harineros y las fábricas de pastas, son especialmente propensos al desarrollo de plagas. Estos entornos ofrecen condiciones ideales para que las plagas se reproduzcan y se propaguen rápidamente, especialmente aquellas que pueden adaptarse a una variedad de condiciones ambientales, climáticas y alimenticias.

Por lo tanto, es crucial implementar medidas efectivas de control de plagas en estos lugares para prevenir la contaminación de los alimentos y proteger la salud pública. Esto puede incluir el uso de métodos de control físico, químico y biológico, así como la implementación de prácticas de higiene y saneamiento adecuadas para evitar la atracción y proliferación de plagas.

Además, es importante realizar inspecciones regulares y monitoreo constante para detectar y abordar cualquier signo de infestación de plagas de manera oportuna. El cumplimiento riguroso de las regulaciones de seguridad alimentaria y las buenas prácticas de manufactura son fundamentales para garantizar la calidad y la seguridad de los alimentos en el comercio internacional.

Los tratamientos químicos, particularmente los tratamientos con gases fumigantes, son una herramienta efectiva en el control de plagas, y la fosfina es uno de los agentes más utilizados y reconocidos en este sentido. La fosfina es un gas altamente efectivo para penetrar y eliminar las plagas en diversas etapas de su ciclo de vida, desde huevos hasta adultos, en una amplia gama de productos almacenados.

Lo que hace que la fosfina sea especialmente valorada es su capacidad para eliminar las plagas de manera eficaz sin dejar residuos tóxicos en los productos tratados. Esto es crucial para cumplir con los estándares de inocuidad alimentaria y las regulaciones internacionales, ya que garantiza que los productos tratados sean seguros para el consumo humano y cumplan con los requisitos de exportación e importación.

Además de su efectividad en el control de plagas y su bajo impacto ambiental, la fosfina tiene otras ventajas, como su capacidad para penetrar en áreas de difícil acceso y su rápida dispersión en los espacios de almacenamiento. Sin embargo, es importante destacar que el uso de la fosfina requiere un manejo cuidadoso y experto, ya que es un gas tóxico y puede representar riesgos para la salud humana si no se maneja adecuadamente.

En resumen, los tratamientos con gases fumigantes, especialmente aquellos que utilizan fosfina, son una opción efectiva y segura para el control de plagas en productos almacenados, garantizando la calidad e inocuidad de los alimentos y cumpliendo con los estándares internacionales de seguridad alimentaria.

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¿Qué es la Fosfina?

Es cierto que la fosfina se utiliza comúnmente en forma de pastillas, las cuales, al entrar en contacto con el aire y la humedad, liberan el gas fosfina (PH3). Este gas tiene propiedades específicas que lo hacen efectivo en el control de plagas, pero también conlleva ciertos riesgos que deben ser manejados cuidadosamente.

La fosfina es un gas incoloro, inodoro e inflamable, lo que significa que puede representar un peligro si no se maneja adecuadamente. En altas concentraciones, puede ser explosivo a temperatura ambiente, por lo que su almacenamiento, transporte y uso deben cumplir con estrictas normas de seguridad para prevenir accidentes.

Es importante tener en cuenta que, aunque la fosfina es inodora en estado puro, las formulaciones comerciales pueden tener un ligero olor aliáceo o similar al carburo de calcio. Además, la fosfina tiene una densidad ligeramente mayor que el aire, lo que facilita su distribución uniforme en los espacios de almacenamiento o tratamiento.

A pesar de sus propiedades tóxicas y potencialmente peligrosas, la fosfina sigue siendo una herramienta valiosa en el control de plagas en productos almacenados debido a su eficacia y capacidad para penetrar en áreas de difícil acceso. Sin embargo, su uso debe ser realizado por personal capacitado y siguiendo estrictos protocolos de seguridad para evitar riesgos para la salud humana y el medio ambiente.

Usos de la fosfina:
La fosfina (PH3) es un gas fumigante ampliamente utilizado en la protección de alimentos almacenados, especialmente en cereales y frutos secos. Su acción se dirige a eliminar plagas como insectos y ácaros que puedan contaminar los productos almacenados, asegurando así su calidad y preservación.

Este gas fumigante es eficaz debido a su capacidad para penetrar en los estigmas de los granos durante la respiración de los insectos y plagas, lo que lleva a su exterminio en un plazo relativamente corto de 24 a 36 horas.
Aunque muchas de las plagas presentes en los cereales no representan un peligro directo para la salud humana, pueden transmitir bacterias y virus que pueden contaminar los productos alimenticios almacenados, lo que hace necesario su control.

Es importante mantener una concentración adecuada de fosfina (medida en partes por millón, ppm) durante el período de exposición necesario para garantizar la efectividad del tratamiento. Además, debido a que la fosfina es inflamable, es importante tomar precauciones para evitar accidentes y exposiciones indebidas. Sin embargo, su característico olor a ajo puede ayudar a detectar fugas y prevenir posibles incidentes.

La fosfina se produce a partir de partículas de fosfuro de aluminio, fosfuro de calcio o fosfuro de zinc, que liberan fosfina al entrar en contacto con la humedad atmosférica. Este proceso asegura la generación controlada del gas fumigante en el lugar y momento adecuados para el tratamiento de los productos almacenados.

Ventajas de la fumigación con fosfina:
La fosfina tiene unto grado de penetración: El compuesto llega hasta donde esta el insecto y lo extermina en sus diferentes estados de su vida, ya sea en huevo, larva, pupa o en su fase adulta.

Este gas no es tóxico para granos: La fumigación con este gas asegura preservar el poder germinativo y conservar las propiedades del grano tratado, ya que no deja residuos tóxicos. Este tipo de fumigación no produce una variación en el sabor u olor de las mercaderías.

Precauciones de Seguridad con la Fosfina

La fosfina debido a su toxicidad debe ser empleada por personal técnico debidamente capacitado, el que deberá tener presente todas las precauciones y recomendaciones de seguridad para el manejo adecuado de sustancias tóxicas.

Las intoxicaciones con fosfina pueden ser por:
La inhalación involuntaria de los gases de Fosfina generados.
La ingestión voluntaria del fosfuro de Aluminio o de Magnesio.  

¿Qué se puede fumigar con Fosfina?

Aproximadamente unos 400 productos o subproductos, de origen vegetal o animal pueden ser efectivamente fumigados con fosfina entre ellos están:

Productos a granel: trigo, maíz, cebada, avena, arroz, porotos, arvejas, lentejas, maní, girasol, lino, cacao en bruto, maderas, pellets, fibras de algodón, etc.

Productos embolsados: sémola, frutas y vegetales secos, harina, hierbas aromáticas, especias, chocolate, nueces, cacao, café, pastas alimenticias, tabaco en fardos y otros productos elaborados (quesos y jamones).

Estructuras: Bodegas, silos, contenedores, tolvas.

Medios de transporte: Camiones, buques, trenes, fabricas, molinos, fábricas de alimentos, museos, edificaciones en general.

Plagas que controla una fumigación con fosfina

Polilla bandeada (Ephestia cautella)

Polilla de la harina (Ephestia kuehniella)
Polilla de los cereales (Sitotroga cerealella)
Polilla del cacao (Ephestia etutella)
Polilla fruta seca (Plodia interpunctella)
Acaro de la harina (Acarus siro)
Acaro (Glyciphagus domesticus)
Gorgojo del trigo (Sitophilus granarius)
Gorgojo del maíz (Sitophilus zeamais)
Gorgojo del tabaco (Lasioderma serricorne)
Gorgojo del arroz (Sitophilus oryzae)
Gorgojo del pan (Stegobium paniceum)
Taladrillo de los granos (Rhyzopertha dominica)
Tribolio de la harina (Tribolium confusum)
Tribolio castaño (Tribolium castaneum)
Bruco del frejol (Acanthoscelides obtectus)
Carcoma achatada (Cryptolestes ferrugineus)
Carcoma (Laemophloeus minutus)
Carcoma dentada (Oryzephilus surinamensis)
Carcoma grande granos (Tenebroides mauritanicus)
Escarabajo frutos secos (Carpophilus dimidiatus)
Escarabajo del tocino (Dermestes lardarius)
Gusano de la harina (Tenebrio molitor)

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